Llevar una alimentación sana que sea equilibrada y variada contribuye a
mantener la salud y el bienestar de una persona. De hecho, tener unos
hábitos de alimentación saludables puede ayudar a prevenir enfermedades
como la obesidad, la diabetes o la arteriosclerosis. Asimismo, una mala
alimentación puede afectar al desarrollo físico y mental, reducir el
rendimiento o afectar al sistema inmunitario, provocando que el
organismo sea más vulnerable.
Consejos para una alimentación sana
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Incrementar el consumo de frutas, verduras y hortalizas frescas, alcanzando al menos las cinco raciones de hortalizas y frutas al día. Consumir también legumbres.
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Reducir el consumo de carnes, embutidos, vísceras, mariscos y huevos. Una buena opción es comer más pescado azul.
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Beber abundante líquido,
a ser posible agua como fuente de hidratación, tratando de moderar el
consumo de vino y reducir o eliminar el consumo de otros tipos de
bebidas alcohólicas.
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Aumentar el consumo de fibra, sustituyendo el consumo de productos refinados por aquellos integrales procedentes de grano entero.
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Tomar aceite de oliva virgen como grasa a la hora de cocinar en la dieta.
Muy bien por publicar todos los días. Recuerda poner siempre una reflexión tuya.
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